21 diciembre 2010


Devenir


Esa lección no fue para mí,
mi saber no es luz de ese candil
y esta razón se enredó
en las pecas que mi rostro no tiene.

Y así me hice ángel del demonio,
porque no supe tu presencia,
ni viví como Dios manda
el último instante en que te marchaste.

Te debo un porvenir,
que Dios me perdone
pero no lo amo...
por tratar de imponer su razón.

Y como esta vida no me baste,
voy a resucitar...
En muchas otras historias.


3 comentarios:

  1. la oscuridad nos inspira... pero que nunca seamos su alimento...

    ResponderBorrar
  2. Mucha oscuridad en tus letras...demasiada.

    ResponderBorrar
  3. mi corazón aun te extraña.!!

    ResponderBorrar