04 mayo 2009

Hace poco días cumplimos 11 años de boda, 11 años en los que hemos crecido, hemos tenido actitudes inmaduras y algunas que otras maduras, a veces nos equivocamos y dejamos las cosas de un lado, ese fue nuestro error, creer que el tiempo iba a sanar las heridas que provocamos, solo quien ha sido herido sabe como curarlas, solo Jesús.
Muchas veces me equivoqué, creyendo que investigando iba a encontrar la verdad, sin saber que esa "verdad" destruiria mis sueños, sueños momentáneos, sueños que creia eran verdaderos, no era esa "verdad" la que debía encontrar, no eran esos sueños los que debía seguir, pasé 11 años equivocandome una y otra vez.
No importa, siempre se puede iniciar nuevamente.
En todo este tiempo me han dicho tantas cosas, que de ellas, he tomado unas buenas y las otras no.
Me han dicho:
"No se puede olvidar", "Nunca podrás perdonar", "Ese hombre no es para tí", "Eres joven, buscate a un hombre que te haga feliz" y cada vez que me lo decían, mi mente divagaba creyendo todo esto como verdad, una verdad que no es la verdadera.
Caía en depresión, depresión que observaban mis hijos, depresión que los hacia sentir mal, no es agradable convivir con esta depresión.
Pero...me levanto, cada vez que siento mi corazón entristecer recurro a la biblia y encuentro palabras de aliento, de regaño, de amor, de consuelo.
Recurro a mis recuerdos, aquellos que me dicen que nada es casualidad, nada.
Recuerdo cuando nos conocimos, no fue amor a primera vista, de mi no lo fue. El primer beso, el segundo, el tercero, nuestros hijos, nuestra boda religiosa, es lo que mas me recuerda que no hay casualidades, este es un juego de ajedrez que las piezas se colocan en su lugar y nosotros decidimos si seguirlas o no, tu decidiste irte, decidiste abandonar una lucha que es para toda la vida, dices que no tienes fuerzas, es porque las fuerzas no serán nunca las nuestras las que luchen.
Animo, hasta que no entregues nada no sabras como luchar.

No importa, yo si lucharé, lo haré por los dos, Jesus quien me ha mostrado la verdadera verdad, quien me ha mostrado los verdaderos sueños es quien me da la fuerza para luchar por los dos, por los cuatro.

Y nuestras vidas serán bendecidas, porque lucharé, lucharé porque así sea.

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